Al cocinar con grasa o aceite, tener siempre junto a la estufa un recipiente con bicarbonato de sodio para echar sobre cualquier llama que se prenda en la estufa.
Tener guantes protectores para coger sartenes y ollas calientes.
Desconectar cualquier aparato eléctrico cuando no esté en uso.
Cocinar en las hornillas posteriores, no en las del frente.
Guardar productos inflamables lejos del horno y la estufa, es más, ¡Fuera de la cocina!
Asegurar la puerta del horno para que los niños no la abran y la utilicen como escalera para llegar a las hornillas.
Cocinar en sartenes, ollas o cacerolas que tengan mango.
Voltear los mangos de las ollas hacia adentro.
Alimentar a los niños pequeños lejos de la estufa, sin mantel largo o individual que puedan halar.
Consumir líquidos calientes sin tener a los niños junto o encima.
Poner protectores a las perillas de la estufa.
Colocar a los bebés en sillas altas o en corrales lejos de la estufa.
Utilizar tapas al cocinar productos que salpiquen.
Colocar lejos de la orilla de la mesa o mostrador jarras, soperas o aparatos eléctricos con líquidos calientes.